Carta a los fieles de la Sociedad Sacerdotal Trento, sobre la adhesión del Dr. Monseñor Isidro Puente Ochoa.
Muy estimados fieles y amigos.
Mucho revuelo ha causado el anuncio de Mons. Isidro Puente que se ha unido a nuestra Sociedad Sacerdotal Trento; Rabia y envidia en la jerarquía modernista, mucha alegría en el ámbito tradicionalista, pero también alguna confusión.
Por eso nos proponemos aclarar o precisar algunas cosas:
Primero. La decisión valiente de Mons. Isidro se debe a muchos meses de reflexión y de oración, pero también a muchos meses de estudio profundo sobre graves cuestiones que se derivan de la terrible crisis de la Iglesia. Nosotros queríamos encontrar algún clérigo de buena fe, con estudios serios, que preocupado por la situación de la Iglesia quisiera escucharnos y poderle convencer de que todo el problema de la Iglesia radica en la Sede de Pedro, que ha sido usurpada por impostores y falsos pastores; y así convencidos poder trabajar juntos en encontrar alguna solución al problema.
Segundo. Nosotros seguimos manteniendo la misma postura y opinión teológica que nos heredó el Pbro. Dr. Don Joaquín Saenz y Arriaga y Nuestro querido y recordado Mons. Moisés Carmona. Es decir, como dijimos arriba, que desde Juan XXIII hasta el actual Francisco, no han sido verdaderos papas, sino impostores enemigos de Dios y de las almas, que han sembrado la herejía por todas partes dentro de la Iglesia.
Tercero. Que desgraciadamente el concepto de sedevacantista, ha caído en muchos abusos y falsas o erroneas acepciones, incluso heréticas, de las cuales nos queremos alejar. Muchos toman el sedevacantismo de un modo anglicano y rechazan el papado de un modo general y absoluto; otros creen que el problema del papado ya no tiene solución y sostienen una sede vacante a perpetuidad; otros cómodamente se han acostumbrado tanto a estar sin Papa, que no les preocupa ni les duele en absoluto la situación de la Iglesia, y por lo mismo no tienen el mínimo interés por hacer algo, al menos buscar la unidad y el acuerdo. Viven hace muchos años solamente dedicados a su pequeña comunidad en la cual han encontrado un modus vivendi sin estar sujetos a nadie. Ninguna de estas actitudes coincide con lo que realmente buscaba el Padre Saenz Arriaga que fue de los primeros, si no es que el primero, que abrió los ojos de la cristiandad para que se diera cuenta de que Pablo VI no era verdadero Papa, en sus clarividentes libros "Sede Vacante" y "La nueva Iglesia Montiniana".
El Padre Saenz buscaba realmente una solución tratando de convencer a los cardenales y obispos de entonces para que hicieran un bloque que frenara la herejía y echaran fuera al usurpador.
Cuarto. Respecto al "Novus Ordo Missae", la Misa de Pablo VI, sostenemos con el Padre Saenz y los cardenales Bacci y Ottaviani, que no es una Misa Católica, que se aparta de la Tradición milenaria de la Iglesia; y sostenemos con estos eminentísimos cardenales que la Nueva Misa "pulula ella misma con gravísimas ambigüedades, por no decir errores manifiestos contra la pureza de la fe Católica - nos parece, para expresar nuestra opinión más benigna - el error más monstruoso". Así pues sostenemos que la misa modernista es herética y conduce a la herejía como de hecho ha sucedido.
Por lo mismo a ningún católico serio le es lícito asistir al rito modernista, peor aún cuando los impíos enemigos de la Iglesia han inventado otros nuevos ritos como el "amazónico", en el que ya no se adora a Dios sino al demonio.
Quinto. Respecto a la validez de las ordenaciones y consagraciones modernistas,
nosotros simplemente, por un deber de caridad y de conciencia nos propusimos
tratar de diferenciar los casos de tantos sacerdotes, que posiblemente fueron ordenados por obispos todavía legítimos, sacerdotes que ahora oscilan entre los setenta y ochenta años, entre algunos de los cuales, aunque muy pocos, parece navegar todavía la gracia del sacerdocio y resisten de alguna manera a la herejía; y de tantos otros más recientes de los cuales se deben al menos tener muy serias dudas de la validez de su ordenación.
Cabe decir que estos estudios aún permanecían en el ámbito privado y todavía hay mucho por estudiar y por lo mismo, aún no teníamos pensado hacer alguna declaración al respecto.
Por último queremos decir que, como es natural, hay todavía algunas cosas en las que debemos profundizar más con Mons. Isidro, pero hemos logrado grandes avances y acuerdos. Después de que Monseñor ha pasado más de cincuenta años en aquella trinchera es humanamente imposible que en poco tiempo podamos coincidir en todo.
Así que hemos entrado en un debate teológico serio y profundo sobre aquellas cosas o materias en las cuales no hay una definición clara de la Iglesia , en las cuales hay libertad de diferir y de disputar. Pero nos hemos propuesto tratar estos asuntos tan graves que tienen tan dividida a la Iglesia, con la concordia que nos manda el Apóstol Santiago: "IN MANSUETUDINE SAPIENTIAE", en la mansedumbre de la sabiduría, y condena el celo amargo, como asesino inexorable de la caridad que debe reinar entre nosotros. (Santiago 3, 13-15). Y también siguiendo el espíritu que nos aconseja el Apóstol San Pablo: "In multa patientia...in scientia, et in loganimitate, in suavitate...in verbo veritatis". (2ª Cor. VI. 4-7)
Por lo demás, reconocemos la valentía de Mons. Isidro Puente y lo felicitamos por su adhesión a Trento. Comprendemos la grave situación en la que se encuentra y las presiones de las que es objeto, y hacemos público de que cuenta con todo nuestro apoyo.
Pedimos asimismo a todos nuestros fieles y amigos la misma comprensión, pues se trata de una figura muy importante en la Iglesia, que ha combatido solo desde aquella trinchera, que ha sufrido la persecución y el abandono de los suyos y que, como ya es táctica astuta de la tiránica jerarquía modernista, solo estaban esperando su muerte para apoderarse y destruir lo que con tanto trabajo ha construido en favor de la tradición. Pero Mons. Isidro ya no está solo, ahora cuenta con nosotros y estamos dispuestos a combatir con él y luchar por el triunfo de la Iglesia, por su reestructuración, por el triunfo de la verdad, de la Santa Misa de siempre, la Misa Tridentina de San Pio V, la Misa proclamada a perpetuidad; y porque tengamos verdaderos, sabios y santos sacerdotes.
Unidos en la verdad
“Ad Jesum per Mariam”.
Sociedad Sacerdotal Trento.
R. P. Daniel Armando Pérez Gómez.
Superior General.
Yo siempre creí que Davila era el superior de la sociedad Trento, y ahora me entero que el superior es el juramentado y criminal de Daniel Perez
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