viernes, 16 de mayo de 2025

REQUIESCAT IN PACE

 




En esta foto vemos al obispo Williamson + al P.adre Albamonte+ al Padre Andres Morello+ Monseñor Marcel Lefebvre+ y al actual obispo Alfonso de Galarreta, en la Misa de Ordenación sacerdotal del Pádre Edgardo Albamonte.

2 comentarios:

  1. ✝️Fallecimiento del R.P. Edgardo Albamonte, FSSPX
    Con profundo pesar, comunicamos a todos los miembros de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X y a los fieles de nuestras comunidades que el Reverendo Padre Edgardo Albamonte ha entregado su alma a Dios el día 16 de mayo de 2025.
    📜Breve semblanza
    Nacido el 2 de abril de 1946, el Padre Albamonte fue ordenado sacerdote en 1981, tras haberse formado en el Seminario Internacional San Pío X de Écône, Suiza. Pronunció su compromiso definitivo con la Fraternidad el 8 de diciembre de 1986.
    A lo largo de su fecundo ministerio sacerdotal, sirvió generosamente en diversos apostolados y casas de la FSSPX en Argentina, Colombia, Chile y República Dominicana, desempeñando responsabilidades como prior, capellán, ecónomo de distrito y misionero incansable.
    🙏🏼Invitamos a todos los fieles a unirse en oración por el eterno descanso del alma del querido Padre Albamonte.

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  2. LUCHÓ EL BUEN COMBATE
    (ADIOS QUERIDO PADRE EDGARDO ALBAMONTE)
    Por Tomás I. González Pondal

    Con sus ochenta años (o casi), ha muerto el querido Padre Edgardo Albamonte (FSSPX). Padre y amigo. Toda una vida entregada al servicio de Nuestro Señor Jesucristo, celebrando la Santa Misa de siempre, rezando el breviario, amando y defendiendo infatigablemente la sana doctrina, la Tradición Católica.

    Padre clarividente, de juicios acertados, gran historiador, y, destaco en lo personal, un hombre que cultivaba la amistad en el Corazón de Cristo y de la siempre Virgen María.

    Profesaba una gran devoción al Niño Jesús de Praga, del cual solía decir por experiencia propia: “es milagrosísimo, es milagrosísimo”.
    No paró hasta que la muerte lo paró. Hace pocos días llegó del Perú, uno de los destinos en el cual desarrollaba con entrega y ardor su ministerio sacerdotal, haciendo apostolado, predicando la Buena Nueva y fustigando a la herejía modernista. Su otro apostolado lo ejerció durante años en Pilar (Buenos Aires), como capellán de las monjitas de la FSSPX.

    Tras la llegada de la tierra peruana, a los poquitos días, lo asaltó unas insuficiencias orgánicas muy graves por las que fue internado. El R.P. Joaquín Cortés le dio todas las últimas asistencias espirituales, sacramentos de la confesión y comunión, y la extremaunción.
    Desde lo más hondo del corazón, en esta despedida en la que inevitablemente asalta la tristeza vía nostalgia, manifiesto este pensamiento: pienso que el Amigo por excelencia recibe a quienes realmente fueron Sus amigos en esta vida, con un juicio particular “muy particular”: la amistad tiene sus misterios. Pienso que el Padre fue recibido por el Niñito Dios, y a pesar de las propias miserias humanas el Niñito se puso contento de oír de uno de Sus hijos, aquello mismo de San Pablo: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe”.
    Cuando el Niño Jesús de Praga se apareció a Fray José, le dijo: “¡Qué bien barres, fray José, y qué brillante dejas el suelo! ¿Serías capaz de recitar el Ave María!”. El fraile se puso a rezar, y al llegar a la parte de la oración que dice “et benedictus fructus ventris tui” el Niño exlamó: ¡ESE SOY YO! Y si el Niñito a un fraile amigo, movido por la buena barrida le invitó a alabar a Su Santísima Madre, colijo que seguramente le habrá dicho al Padre Edgardo ante el buen combate sostenido en el tiempo: “¿Serías capaz de recitar el Ave María?” Y allá en la eternidad cuando el Padre haya pronunciado “et benedictus fructus ventris tui”, habrá oído del Niñito Rey sonriente: “¨¡ESE SOY YO!
    La Santísima Virgen María le reveló al carmelita descalzo de Praga, Venerable Padre Cirilo de la Madre de Dios, una hermosa oración al Niño para obtener gracias, y la misma concluye diciendo: “Hacedme la gracia de poseeros eternamente con María y José, y la de adoraros con los Santos Ángeles de la Corte Celestial. Así sea”. Y esto rezó el Padre Albamonte en su vida.
    A todos les pido una oración por el alma del sacerdote fallecido, una Ave María a la Reina del Cielo que pase por San José, pidiendo por su eterno descanso, y por una santa resignación para su hermana, Elda Albamonte, quien vive con singular dolor este momento de la partida.
    Entre tantas cosas que el Padre me dejó, me queda, insisto, su devoción por el Niño Jesús de Praga, el mismo que dijo: “Cuanto más Me honréis, tanto más os bendeciré”.

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