¿Cuántos son los que piensan en su propia muerte, y en el modo en que la afrontarán, en el destino de su alma? A todos, algún día, nos tocará, nos llegará el momento ¿Por qué no convertirse hoy, de una vez para siempre, dejando pecados, vicios y defectos para una vida de mayor perfección donde se halla la verdadera Paz de Jesucristo y la Felicidad en Dios?
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