Este artículo fue escrito a raíz de la muerte de la familia Pomar, pero es la realidad de lo que nos pasa.
SOBRE LA INSEGURIDAD ACTUAL.
Soy un Oficial superior de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, destaco que me encuentro en actividad y deseo preservar de exponer mi nombre por una cuestión de seguridad para hablar sobre el tema, me reservo de hacerlo ya que oponerse públicamente a los planes que se han llevado adelante, llámese los de "Arslanian" o los actuales, irremediablemente es que lo separen de la fuerza o que sorpresivamente se encuentre involucrado en un sumario administrativo y luego se tomen medidas expulsivas. Verdaderamente es entendible la preocupación de la gente común, pero vemos como pasan los años y cada vez más muertes se producen, vemos infinidad de programas televisivos, programas radiales, notas de revistas, diarios etc., debates académicos y nunca se llega a una conclusión que se transformen en políticas activas que lleve a una paz social donde el ciudadano pueda vivir en un estado seguro. Los políticos y funcionarios policiales hacen referencia a datos estadísticos en la disminución de ciertos hechos delictivos que en nada cambian la real problemática de la inseguridad, dicen que es una “sensación”. Es notable observar como siempre se termina en la policía como responsable, ya sea por la corrupción existente, ¡que en verdad existe! o por su inoperancia, pero nunca se hizo nada para cambiarla, a pesar de que el Dr. Arslanian se jacta de haber combatido la “corrupción policial”, llevando a cabo las ya conocidas purgas, que en muchos casos fueron arbitrarias y en otros no, pero que de ningún modo se atacó la corrupción estructural; con la reforma llevada adelante se profundizó más aún, si bien antes ocurría, ahora se llega a niveles insospechados. La complicidad entre políticos y jefes policiales, ya sea en el orden provincial o comunal es verdaderamente vergonzante. La policía resulta recaudadora de las cajas negras del poder político, es importante observar la cantidad de años que un jefe permanece a cargo de una dependencia policial y esto se da por el apoyo que reciben del poder político no por su eficiencia en el combate del delito, sino por cuanto recauda, lo propio se da en el interior de la fuerza, es decir cuánto dinero se le manda a sus superiores, esto también a un funcionario le da estabilidad y le permite ascender, en este caso no prevalece la capacidad. Los ciudadanos en su gran mayoría saben de esta relación, vemos por los medios cuando se expresan por algún hecho grave como denuncian esta connivencia. Antes existía distinción entre el conurbano y el interior de la Provincia, hoy ya no, la vinculación con el juego, la prostitución, desarmaderos de autos, la droga, piratería del asfalto, etc.se da en ambos espacios geográficos.
También hay que mencionar la falta de presupuesto para el funcionamiento de las Comisaría o distintos
organismo jerárquico, que necesariamente para que sean operativas hay que echar manos a recursos que provienen de las mencionadas actividades ilícitas. Pero esto da para mucho más, no vamos a cargar todas las tintas sobre la policía en cuanto a responsabilidad, estos es fundamentalmente un problema, por eso la policía llegó a este extremo.
La policía simplemente es un pequeño engranaje en la gran maquinaria de hacer la seguridad, para que ello
se pueda realizar es necesario tener en cuenta diversos factores, como: la carencia de un plan de Defensa Nacional, un plan de seguridad interior, la falta de hipótesis de conflictos e hipótesis de guerra, fuerzas de seguridad que estén consustanciados con dichos planes y con la preparación profesional para tales fines. Estas cuestiones descriptas no son entelequias, son cuestiones concretas de un Estado organizado, mas teniendo en cuenta que ya no existen las fronteras nacionales para los países periféricos como el nuestro en este nuevo orden internacional denominado “Globalización”, esto es una responsabilidad política y no de la Policía. Para dar un ejemplo de la mediocridad de nuestra clase dirigencial, la Presidente mientras anunciaba un plan canje de heladera y vergonzosamente decía: bicicleta rodado 20 con canasto tantos pesos, sin canasto tantos otro; el presidente del Brasil Lula da Silva se encontraba reunido en esos precisos momentos con el de Francia con la finalidad de construir una industria para fabricar aviones y submarinos, esto marca la diferencia en lo que es conducir una nación con objetivos estratégicos y otra destinada a ser una república bananera. Los comentarios huelgan. Los que tienen como responsabilidad dirigir al Estado deben combatir las causas y no pasarse hablando de los efectos, ellos son como los médicos, en este caso el paciente se encuentra en un coma profundo, producto de su ineptitud. ¡Al mal se lo combate por la raíz no por las ramas! Pero, para combatir los efectos es necesario combatir las causas que producen este flagelo insoluble hasta el presente, para ello hay que tener en cuenta lo siguiente: lo religioso, lo político, lo económico, lo social, lo educacional, lo moral, lo intelectual, lo físico, lo jurídico, lo laboral, lo demográfico, la familia como célula inicial de la sociedad, es más que evidente que la policía no puede resolver en gran parte la problemática que hace a lo causal. La inseguridad es un problema que no se resuelve desde lo ideológico, ya que de esa manera se la parcializa y no es una cuestión que se mantenga en el tiempo como una cuestión de Estado y que la asunción de un nuevo gobierno da por tierra todo lo que ha hecho el otro, que hasta el presente es nada, solamente se han hecho reformas policiales y no planes de seguridad. Por último es necesario distinguir entre SEGURIDAD y ORDEN PUBLICO, dos conceptos totalmente distintos y que deben ser tenidos en cuenta para el diseño de un plan de Seguridad, para que de esta forma los roles estén perfectamente definidos y claros. La reforma "Arslanian" condujo a una fragmentación de la fuerza policial y a un divorcio aun mayor con la comunidad, tirándole la responsabilidad a través de los foros de Seguridad al pueblo. Es destacable también que las leyes de emergencia Policial actuaron como una espada de Damocles sobre los funcionarios uniformados, ya que no sabíamos en qué momento podíamos ser parte de una “purga” por haber participado en una investigación o procedimiento y que luego resultáramos denunciado por los delincuentes, esto paralizó operacionalmente a la fuerza.
La formación del Policía, que había sido abolido por Arslanian los dos escalafones y había quedado solo uno, todos éramos Oficiales y nuevamente ahora se volvió a los dos escalafones es decir Oficiales y Suboficiales, en el caso de los Oficiales teníamos un periodo de formación de dos años, quienes éramos lo que conduciríamos a la postre la fuerza, mientras que los suboficiales o personal de tropa, tenían una formación que no requería que fuera como la de los Oficiales. Posteriormente se redujo a un solo escalafón y la formación fue de tan solo seis meses, que no alcanza a formarse en lo más mínimo, ahora estamos padeciendo esa falta de profesionalismo , la policía quedó formada para combatir a los delitos menores, mientras que los "delitos inteligentes" es decir, que los que requieren una fuerte preparación para combatirlos es nula, llámese narcotráfico, lavado de dinero, piratas del asfalto, trata de blancas o tráfico de personas, delitos económicos y delitos vinculados con las corrientes migratoria como así también sus organizaciones, etc. Es destacable también que todo esto coadyuvo para desanimar a la fuerza policial e hizo que nuestros hombre se transformaran en espectadores pasivos de la represión de los delincuentes, ya que ser represor y de acuerdo al concepto de los que gobiernan, reprimir tiene reminiscencia del “proceso militar” o propio de un estado autoritario, la falta de equipamiento, los malos salarios, la falta de autoridad, reconocer la dignidad policial, todo esto hizo que “el Policía” baje los brazos y se transforme en un proletario de ocho horas. La inseguridad trajo aparejada un gran número de bajas, muchos policías ofrendaron sus vidas dejando familias destruidas y desprotegidas, las autoridades nunca nos reconocieron a nuestros muertos como verdaderos héroes y mártires, pero si en gran medida la sociedad. El andamiaje jurídico que se construyó desde el año 1985 a la fecha, favorece a los delincuentes y asesinos, pero se agudizó más aun a partir del año 1998 con la reforma procesal y policial en la provincia de Buenos Aires. Pretender hoy solucionar el problema de la inseguridad con las políticas actuales es como querer parar el tren con las manos! El caso de José León Suarez y tantos otros, dejó al desnudo la Policía que construyó Arslanian con el hoy opositor Felipe Sola y previamente Eduardo Duhalde, con funcionarios que no tienen idea de lo que es ser Policía, desconociendo lo más elemental de la función, vemos al Comisario General Paggi por televisión, que los periodistas le preguntan sobre hechos y explica generalidades que cualquiera que no entienda sobre la cuestión se da cuenta de su improvisación. Paggi que es el conductor estratégico de una de las fuerzas más poderosa del país concurre, muchas veces a los barrio para ver si refuerza una cuadrícula o si se pone gente a recorrer en motocicleta, verdaderamente vergonzoso, no tiene ni idea lo que es conducir una fuerza, casi comparable con el ejemplo de la presidente y del presidente del Brasil que mencionara anteriormente. ¡Estamos en caída libre!Observamos personajes como Marcelo Sainz, Arslanian y tantos otros, que tienen el tupé de hablar sobre seguridad, en cuanto ellos fueron los verdaderos destructores de un sistema jurídico- policial; los Safaroni con su escuela garantista, quien sostiene que el delincuente no es culpable de cometer delito, sino que existe una sociedad que lo empuja a cometerlo, con fallos vergonzosos como ese que una menor fue obligada a mantener sexo oral, pero como se trataba de un lugar oscuro y no lo veía resultó absuelto el imputado, ¡verdaderamente vergonzoso! El progresismo lo tiene como un numen en el derecho y por eso ocupa un lugar en la Corte, con su doctrina abolicionista del Código Penal. Verdaderamente de seguridad no entienden un pito lo único que hicieron fue llenarse sus bolsillos y llevar a nuestra patria a este estado de desesperaciónen la que vive sumergido nuestro pueblo (pero si entienden como destruir a nuestro querido país, baya a saber al servicio de qué intereses operan, bah! en realidad se sabe, sino observen lo que pasó en Colombia).
Soy un oficial superior de la Policía Prov.Bs.As. (retirado). Todo lo expresado por el camarada es la pura y cruda verdad. No hay Orden Público, ni seguridad ni defensa nacional La destrucción de las FFAA, FFSS y Policías es la única política de estado desde 1984 a la fecha.
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