La Patagonia tuvo un misionero ejemplar en las épocas más bravas de nuestra formación. El salesiano Juan Cagliero que hace más de 80 años se consagro totalmente a las estériles tierras del sur argentino, no tenía más aliciente que su confianza en dios. Atrajo con la fe al aborigen, bautizo a los hijos de Namuncura, el buen Ceferino. Ahora vuelven sus restos mortales a la segunda patria, gobierno y pueblo rinden homenaje al cardenal de la vida santa, difícil, arriesgada, sublime de fervor; 5000 mil jóvenes de los institutos Don Bosco y 2000 niñas del colegio Maria Auxiliadora hacen objeto de su veneración al jefe de la primera expedición misionera salesiana que durante 20 años esparció fe y cultura desarrollando intensa labor apostólica y educativa en la Patagonia. En la catedral metropolitana ante el féretro colocado en el coro frente al altar mayor, el cardenal mayor primado, monseñor Caggiano oficia una misa mientras una doble fila de granaderos rinden honores; los arzobispos y obispos presentes conceden gran solemnidad a la ceremonia. Finalizado el oficio previo a la lectura de un mensaje de su santidad el Papa, el canciller Zavala Ortiz lo proclama un benemérito de la patria argentina, por eso ella lo acoge con profunda gratitud.
“Este blog es un espacio para todo lo que es Católico. En lo temporal, podemos decir que somos políticamente incorrectos, por lo tanto no hay lugar para aquellos que creyendo luchar por la Verdad siguen apoyando sistemas políticos anticristianos y al Nuevo Orden Mundial”. Publicaremos artículos y noticias que valgan la pena y algunas otras que nos dan pena, pero siempre sin mirar quien lo dice, sino más bien lo que dice, como escribe Tomás de Kempis en su Imitación de Cristo.”
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