miércoles, 28 de diciembre de 2016

LA RECUPERACIÓN DE ESPAÑA NO ESTÁ EN LA MEJORA DE SU CIENCIA, NI DE SU ECONOMÍA, DEL TRABAJO, NI DE SU INDUSTRIA, NI DE SU TÉCNICA... SINO SÓLAMENTE EN LA SANTIDAD DE SUS HABITANTES. EN EL GRADO DE SANTIDAD QUE SE DISPONGAN A ALCANZAR. SOLO ASÍ PODREMOS VER UNA ESPAÑA FUERTE, GRANDE Y LIBRE, CUANDO ESTÉ SOMETIDA VOLUNTARIAMENTE A LOS DESIGNIOS Y MANDATOS DE LA DIVINA PROVIDENCIA.


La situación de nuestra patria es crítica. Social, económica, política y religiosamente sucumbe por la acción deboradora de unos elementos disolventes y corruptores.
Sin embargo, la dureza de España radica en su espiritualidad que no viene de los hombres sino de lo alto. Basta recuperar ese reducto sano y espiritual que motive a los compatriotas a combatir contra la CARCOMA que infecta e inhabilita sus más preciados dones y elementos. 
No nos resignemos a morir legando a nuestros hijos una España quebrada y envenenada, roguemos al Creador que nos insufle su ESPÍRITU SANTO en nuestros sacerdotes, soldados, obreros, industriales, tenderos, etc...

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