El 2 de septiembre de 2009, fallecía un olvidado Mohamed Alí Seineldín. Su partida paso casi desapercibida para la opinión pública, salvo para sus seguidores más fieles, muchos de ellos ex subordinados durante la Guerra de Malvinas. Figura controvertida y original de la historia argentina,”Milo”, como lo llamaban sus amigos, fue el último exponente de aquél ejército nacionalista con el que soñaran Mosconi, Perón y Savio; variante de pensamiento poco vista en nuestras FFAA, tradicionalmente dominadas por ideas liberales.
Seineldín había nacido en Concepción del Uruguay, provincia de Entre Rios, el 12 de noviembre de 1933. En 1957 egresó del Colegio Militar de la Nación, con el grado de Subteniente del arma de infantería. Posteriormente, prestó servicios en el Colegio Militar de la Nación y la Escuela de Suboficiales “Sargento Cabral”, establecimientos de formación de los oficiales y suboficiales del Ejército Argentino. Fue jefe de una compañía deparacaidistas en Catamarca.
Cuando completó sus estudios superiores en la “Escuela Superior de Guerra”, se le otorgó el título de Oficial de Estado Mayor. Se desempeñó como profesor en esta misma escuela. Colaboró en los planes de estudio de diversos organismos de la Policía Federal Argentina. Fue jefe de los cursos de “Comandos” del Ejército y reformó sus contenidos adaptándolos a las contiendas bélicas contemporáneas, guerra de guerrillas y anti-guerrillas; creó el grupo de elite inter fuerza “HALCON 8″ y participó en los combates en la Provincia de Tucumán contra grupos guerrilleros del Ejército Revolucionario del Pueblo. Como consecuencia de su manifiesta oposición al relevo del Comandante en Jefe del Ejército, general Numa Laplane, fue relevado de sus funciones en la Escuela de Infantería, en 1975.
Al producirse el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, que dio inicio a la dictadura militar autodenominada “Proceso de Reorganización Nacional”, en su condición de Mayor, no tardaría en discrepar con la junta militar presidida por Jorge Rafael Videla. En oportunidad de suscitarse el conflicto con Chile de 1978, fue trasladado a la Patagonia. En 1981 y 1982 fue jefe del Regimiento de Infantería 25, en Sarmiento, Provincia de Chubut. Participó en la Guerra de Malvinas, destacándose en este conflicto bélico contra el Ejército del Reino Unido, ganándose el reconocimiento de sus subordinados y de la comunidad chubutense.
Luego de su ascenso al grado de coronel, en 1984, fue asignado por el gobierno a la República de Panamá como agregado militar. En ese cargo se desempeñó durante 1985 y 1986, hasta el derrocamiento del entonces presidente Manuel Noriega; en estas circunstancias volvió al país.
En 1988 encabezó la rebelión militar carapintada de Villa Martelli, durante la presidencia de Raúl Alfonsín. La asonada concluyó con un supuesto acuerdo entre el líder carapintada y el general Isidro Bonifacio Cáceres, comandante en jefe del ejército.
Seineldín fue el líder del alzamiento carapintada contra la cúpula del Ejército e indirectamente contra el gobierno nacional, del 3 de diciembre de 1990, donde unos 50 soldados se hicieron con el control de instalaciones militares en “El Palomar”, Provincia de Buenos Aires, el “Edificio Libertador”, sede del Estado Mayor del Ejército, y el “Regimiento de Patricios”, entre otros, en la ciudad de Buenos Aires. Entre los oficiales amotinados se encontraban el mayor Hugo Reinaldo Abete en el “Regimiento de Patricios” y el capitán Gustavo Breide Obeid en el “Edificio Libertador”.
El mismo día, el gobierno declaró el estado de sitio durante 60 días. Los rebeldes se rindieron el 4 de diciembre y se levantó el estado de sitio. Según los informes, 14 personas resultaron muertas durante la sublevación, entre ellas cinco civiles, y decenas más fueron heridas como consecuencia de los enfrentamientos.
El ex coronel fue juzgado por un tribunal militar que lo halló culpable. Durante el juicio asumió la total responsabilidad de las muertes que provocó dicho enfrentamiento, y realizo un alegato conocido como “El Nuevo Orden Mundial”, el 7 de agosto de 1991, en el que alega supuestas maquinaciones del imperialismo norteamericano y su servidor en Argentina, Carlos Menem, en el desmantelamiento del Ejército y la defensa nacional, así como la promesa de una instauración de una “Segunda República”, y el diagnóstico de un proceso de destrucción del aparato productivo de la economía argentina promovido por el “Proceso de Reorganización Nacional” entre 1976 y 1983, por Martínez de Hoz.
Seineldín comenzó a cumplir su condena en la cárcel de “Caseros”, en el barrio deParque Patricios, en Buenos Aires, y luego se lo trasladó al “Penal de Magdalena” en laprovincia de Buenos Aires.
Su encarcelamiento originó pedidos de liberación de sus partidarios y también de veteranos de la “Guerra de las Malvinas” y también de grupos afines al peronismo y de algunas agrupaciones de derecha e izquierda argentinas vinculadas al nacionalismo.
En la provincia de Entre Ríos sus partidarios erigieron una enorme cruz para rezar por su liberación y la banda de heavy metal “Almafuerte”, liderada por Ricardo Iorio, en su disco “Piedra libre”, declaró su fe peronista, homenajeó a Seineldín y parafraseó en el tema “Cumpliendo mi destino” un dicho antisemita del ex militar. Fue además reconocido hincha de Boca Juniors, y durante una protesta ciudadana de 2002 por su liberación, se pudo ver a hinchas de su club favorito instalar banderas a su favor, y un sector de la hinchada de “Nueva Chicago” instaló en un partido una bandera con la consigna “Liberen a Seineldín”.
Hubo numerosos actos de protesta pacífica destinados a exigir la liberación inmediata de Seineldín. En la Avenida 9 de julio, sus adherentes llegaron a más de ocho mil personas autoconvocados, entre los que se podían ver ciudadanos comunes, ex combatientes soldados suyos, y grupos de derecha nacionalista.
El 25 de mayo de 2003 el presidente Eduardo Duhalde indultó a Seineldín, que por entonces estaba preso en la cárcel militar de “Campo de Mayo”, al ex guerrillero Enrique Gorriarán Merlo y a 7 ex militares involucrados en el alzamiento carapintada. Al ser liberado trabajó como supervisor de una empresa de vigilancia privada y colaborador de un pequeño empresario agrícola en la provincia de Catamarca.
El 2 de septiembre de 2009 sufrió un paro cardíaco mientras trabajaba en su oficina de la fundación “Cuerpo y Alma”, una ONG que atendía la salud de pacientes de bajos recursos en el interior del país, y falleció mientras era trasladado a un centro de salud.
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