domingo, 22 de septiembre de 2019

UN HEREJE Y APÓSTATA DE LA FE NO PUEDE SER NUNCA UN PAPA DE LA IGLESIA DE CRISTO


Un hereje es un bautizado que rechaza un dogma de la Iglesia Católica Romana. Un cismático es quien niega estar en comunión con el Papa verdadero o con los verdaderos católicos. Un apóstata es quien rechaza por completo la fe cristiana. Todos los herejes, cismáticos y apóstatas se separan automáticamente de la Iglesia Católica (Pío XII, encíclica Mistici corporis, 29 de junio de 1943). Por lo tanto, quien es hereje no es católico (Papa León XIII, encíclica Satis cognitum, 29 de junio de 1896). Y la mayoría de los herejes están convencidos que no niegan dogma alguno, cuando en realidad sí lo hacen.


Pablo IV, bula Cum ex Apostolatus Officio, 15 de febrero de 1559 (Bula Ex cathedra (infalible) que es imposible sea abrogada por el CIC (documento FALIBLE) como muchos pretenden, para justificar su adhesión a los últimos RECLAMANTES AL PONTIFICADO CATOLICO.): “6. Agregamos, [por esta Nuestra Constitución, que debe seguir siendo válida en perpetuidad, Nos promulgamos, determinamos, decretamos y definimos:] que si en algún tiempo aconteciese que un obispo, incluso en función de arzobispo, o de patriarca, o primado; o un cardenal, incluso en función de legado, o electo Pontífice Romano que antes de su promoción al cardenalato o asunción al Pontificado, se hubiese desviado de la fe católica, o hubiese caído en herejía:

(I) o lo hubiese suscitado o cometido, la promoción o la asunción, incluso si ésta hubiera ocurrido con el acuerdo unánime de todos los cardenales, es nula, inválida y sin ningún efecto;
(ll) y de ningún modo puede considerarse que tal asunción haya adquirido validez, por aceptación del cargo y por su consagración, o por la subsiguiente posesión o cuasi posesión de gobierno y administración, o por la misma entronización o adoración del Pontífice Romano, o por la obediencia que todos le hayan prestado, cualquiera sea el tiempo transcurrido después de los supuestos antedichos. 
(III) Tal asunción no será tenida por legítima en ninguna de sus partes… 
(IV) los que así hubiesen sido promovidos y hubiesen asumido sus funciones, por esa misma razón y sin necesidad de hacer ninguna declaración ulterior, están privados de toda dignidad, lugar, honor, título, autoridad, función y poder…
10. Por lo tanto, a hombre alguno sea lícito infringir esta página de Nuestra Aprobación, Innovación, Sanción, Estatuto, Derogación, Voluntades, Decretos, o por temeraria osadía, contradecirlos. Pero si alguien pretendiese intentarlo, sepa que habrá de incurrir en la indignación de Dios Omnipotente y en la de sus santos Apóstoles Pedro y Pablo.
Dado en Roma, junto a San Pedro, en el año de la Encarnación del Señor 1559, XV anterior a las calendas de Marzo, año 4º de nuestro Pontificado
+ Yo, Pablo, obispo de la Iglesia católica…”
San Roberto Belarmino: “Un papa que se manifieste hereje, por ese mismo hecho (per se) cesa de ser papa y cabeza, así como por lo mismo deja de ser un cristiano y miembro de la Iglesia. Por tanto, él puede ser juzgado y castigado por la Iglesia. Este es la enseñanza de todos los Padres antiguos, que enseñaban que los herejes manifiestos pierden inmediatamente toda jurisdicción”. (De Romano Pontifice, II, 30)
Enciclopedia Católica, “Papal Elections” [Las Elecciones Papales], 1914, Vol. 11, p. 456: “Desde luego, la elección de un hereje, de un cismático, o de una mujer [como Papa] será nula e inválida”.
Notas:
[1] The Papal Encyclicals [Las Enciclicas Papales], edición inglesa,, Vol. 1 (1740-1878), p. 256
[2] Decrees of the Ecumenical Councils [Los Decretos de los Concilios Ecumenicos], edición inglesa,, Sheed & Ward and Georgetown University Press, 1990, Vol. 1, p. 479
[3] Von Pastor, History of the Popes[Historia de los Papas], edición inglesa, II, 346; citado por Warren H. Carroll, A History of Christendom[Una Historia de la Cristiandad], Vol. 3 (The Glory of Christendom[La Gloria de la Cristiandad]), edición inglesa, Front Royal, VA: Christendom Press, p. 571.

lunes, 9 de septiembre de 2019

EL GENERALÍSIMO DESPIDIENDO AL GENERAL



Esta foto, o mucho me equivoco, es también de Enrique Verdugo y la tomó cuando Francisco Franco, jefe del Estado español, acudió al aeropuerto de Barajas para despedir al general Juan Domingo Perón quien, tras un largo exilio en Madrid, se disponía a regresar a Buenos Aires para, al poco, asumir a su vez la jefatura del Estado argentino. Las miradas de ambos militares llaman la atención. ¿Qué están pensando cada uno de ellos? Perón, y su esposa con él, en las horas más amargas del cerco internacional, habían demostrado ser grandes amigos de España. Por eso hoy todavía una gran avenida madrileña lleva el nombre del general y un parque el de Evita. Quienes, como yo, pertenecemos a la primera generación de españoles en la que la tuberculosis apenas hizo mella gracias a la carne y a la harina argentinas nunca lo olvidaremos.

lunes, 2 de septiembre de 2019

DIEZ AÑOS DE LA PARTIDA DEL CORONEL MOHAMED ALÍ SEINELDIN (2 DE SEPTIEMBRE DE 2009).



Se cumplen diez años desde que Dios le dio el merecido descanso al CORONEL MOHAMED ALÍ SEINELDIN. Nacido en Entre Ríos en 1933, fue el último gran militar que tuvo la Argentina e Iberoamérica.
Participó en la guerra contra el terrorismo, en la gesta de Malvinas donde el RI 25 fue una cantera de héroes, fue padre de las Fuerzas Especiales de las FFAA, FFSS y FFPP de la Argentina. Sus hombres dieron testimonio de lo que fue este jefe único.
Fue un católico cabal donde la palabra y los hechos eran una sola cosa, donde nunca faltaba la Caridad tan lejana a los dogmatismos. Como líder condujo con el ejemplo, siempre fiel a su lema: “En las situaciones de peligro el jefe al frente y el subalterno atrás, en las de bienestar el subalterno al frente y el jefe atrás”. 
Participó en el último intento de evitar la gran tragedia que vive la Patria en estos días en la que campean la usura, la corrupción, la contranatura, el ataque a las instituciones fundacionales y la entrega de la soberanía en todas sus formas. Pagó su coherencia con trece años de cárcel. Liberado, vivió de su trabajo, hizo de la solidaridad un estilo de vida y entonces Santiago del Estero, el Chaco y su propio barrio fueron testigos de cómo este hombre excepcional volvía a poner el cuero y el hombro para mitigar el sufrimiento de sus hermanos que él había tratado de evitar.
Un 2 de septiembre, ya hace diez años, Dios consideró que su misión estaba cumplida y dejó este mundo. 
“Milo”, “Turco”, “El amigo”, “Mi Coronel”, nos queda a nosotros el relevo, tomar nuestra bandera y volver a convertir a nuestra Patria en una tierra libre y soberana, antes que los enemigos del nuevo orden mundial terminen de destruirla.
ARGENTINA RESURGIRÁ.