Por: Federico Gastón Addisi
Hoy se conmemora un nuevo aniversario del último intento de resistencia organizada contra el Nuevo Orden Mundial y sus personeros locales. Vulgarmente se lo conoce como el “levantamiento carapintada del 3 de diciembre”. En homenaje a todos los que perdieron la vida en estas acciones nos parece justo referirnos a quien fue su máximo responsable militar. El Coronel Seineldín.
“Milo” como me autorizó a llamarlo, fue una excelente persona pero además un brillante oficial del Ejército Argentino.
Durante su carrera realizó el curso de paracaidistas, convirtiéndose luego en 1968 en Jefe de la especialidad. Fue comando y Jefe de cursos de las fuerzas especiales en 1975. Participó de la lucha contra la subversión en el Monte Tucumano. Ese mismo año, realizó junto a un grupo de oficiales un pronunciamiento oponiéndose a todo intento de ruptura del orden constitucional. Producido el Golpe de Estado contra el gobierno legal de Isabel Perón, el por entonces Mayor Seineldín manifestó su posición contraria al “Proceso” por lo que a partir de ese momento fue considerado como “persona no confiable” y amenazado con ser arrestado o dado de baja. Fue profesor de Estrategia de la Escuela Superior de Guerra. En 1978 organizó la Unidad Especial Halcón para cuidar la seguridad de ataques terroristas en el Mundial de Fútbol. En 1981 se lo designó Jefe del Regimiento 25 de Infantería en Chubut. Héroe de Malvinas, participó de la Operación del Rosario, con la que se recuperaron las islas. Una vez allí estuvo al mando de la defensa de la pista de aterrizaje, lugar estratégico y vital para mantener las comunicaciones con el Continente. Dicha posición continuó operable hasta el final de la guerra. Condecorado por su gran actuación en la Gesta del Atlántico Sur, en 1985 fue ascendido a Coronel y destinado como Agregado y Asesor Militar en Panamá. Finalmente, ya de vuelta en el país, y al ver el estado de disolución al que iban conducidas las FFAA, el avance del proyecto mundialista, la cultura gramsciana y la campaña de desmalvinización, se puso al frente de los pronunciamientos militares de 1988 (Virgen del Valle), y del 3 de diciembre de 1990. Por este último hecho fue condenado a muerte por Carlos Menem, situación de la que fue salvado por las activas gestiones del ex presidente Arturo Frondizi. Juzgado entonces, fue condenado a cadena perpetua, purgando 13 años de prisión en la Cárcel Común de Caseros y en el Penal Militar de Magdalena, padeciendo afrentas como la denegación de autorización para estar junto a su hijo Mariano cuando este falleció. Tarde recibió el indulto del presidente Eduardo Duhalde en el 2003, que le devolvió la libertad junto al terrorista que comandó el ataque al cuartel de La Tablada, Enrique Gorriarán Merlo.
Nuestro Coronel falleció inesperadamente un 2 de septiembre del 2009.
Gloria y Honor a los Carapintadas , Dios y Patria o Muerte!!!!
“nuevo aniversario del último intento de resistencia organizada contra el Nuevo Orden Mundial”
ResponderEliminarQue payada. Una sedición militar y nada maas