martes, 27 de mayo de 2025

FORMACIÓN PARA LA ACCIÓN .... Los católicos, somos católicos por la gracia de Dios y del santo bautismo y yá. No corresponde por lo tanto, autoproclamarse Tradicionalista, Modernista, liberal, Lefebvrista, Tuchista, Conciliares, Sinodales, Sedeprivacionista, Non Una Cum, Conservador, Progresista y otros absurdos calificativos que no identifican a la Verdadera Iglesia de Cristo que es; La Una, Santa, Católica y Apostólica.

 

“... Queremos también que los católicos se abstengan de usar aquellos apelativos que recientemente se han introducido para distinguir unos católicos de otros, y que los eviten, no sólo como innovaciones profanas de palabras, que no están conformes con la verdad ni con la equidad, sino también porque de ahí se sigue grande perturbación y confusión entre los mismos. La fe católica es de tal índole y naturaleza, que nada se le puede añadir ni quitar: o se profesa por entero o se rechaza por entero: «Esta es la fe católica; y quien no la creyere firme y fielmente no podrá salvarse». No hay, pues, necesidad de añadir calificativos para significar la profesión católica; bástale a cada uno esta profesión: «Cristiano es mi nombre, católico, mi apellido»; procure tan sólo ser en efecto aquello que dice”.
ENCÍCLICA “Ad Beatíssimi Apostolórum Príncipis cáthedram”, DEL PAPA BENEDICTO XV, APELANDO POR LA PAZ

“... We also wish Catholics to abstain from using those epithets which have recently been introduced to distinguish one Catholic from another, and to avoid them, not only as profane innovations of words, which do not conform to truth or equity, but also because they cause great disturbance and confusion among them. The Catholic faith is of such a nature and character that nothing can be added to it or taken away: either it is professed entirely or it is rejected entirely: “This is the Catholic faith; and whoever does not firmly and faithfully believe it cannot be saved.” There is, therefore, no need to add qualifiers to signify the Catholic profession; this profession is enough for each one: “Christian is my name, Catholic is my surname”; let him only try to be in effect what he says.”
ENCYCLICAL “Ad Beatíssimi Apostolórum Príncipis cathedram”, BY POPE BENEDICT XV, APPEALING FOR PEACE

miércoles, 21 de mayo de 2025

EN FRANCIA MUCHAS IGLESIAS HISTÓRICAS ESTÁN EN VENTA

 


En Francia, cada año se desacralizan y se ponen a la venta entre 10 y 15 iglesias. Este año se puede adquirir una iglesia neogótica cerca de Clermont-Ferrand (380,000 €), una antigua basílica clasificada como Monumento Histórico a 15 minutos de Poitiers (950,000 €), una iglesia del siglo XVII, también catalogada, en una isla del Loira (100,000 €), una iglesia de principios del siglo XX en Bretaña (330,000 €) y la capilla del antiguo convento de las Carmelitas de Niort (220,000 €).
Y la diócesis de Nancy-Toul ha puesto a la venta la iglesia Notre-Dame-de-Franchepré en Joeuf, que el alcalde tiene previsto convertir en un museo del fútbol, en homenaje a Michel Platini, hijo predilecto de la localidad. La diócesis de Arras vende la iglesia Saint-Edouard de Lens, y la agencia encargada de la transacción ha publicado un anuncio en la página web Leboncoin.
Esta iglesia, construida a principios del siglo XX para una población minera, está catalogada como monumento histórico desde 2009, pero se presenta como un inmueble cualquiera: "Se vende casa de 4 habitaciones, 539 m2, 362,500 €. Iglesia con ubicación ideal, ofrece múltiples posibilidades.
Deje volar su imaginación con esta propiedad muy poco común en venta". El obispado intenta tranquilizar a los católicos, a quienes la venta de una iglesia les parece legítimamente chocante, asegurándoles que se prohibirá cualquier actividad contraria a la moral: venta de bebidas, discoteca o sala de juegos... La iglesia de Saint-Edouard solo reúne a un puñado de fieles y su mantenimiento es demasiado costoso.
Hace ya un año que no se celebra la misa. El obispo de Arras, monseñor Olivier Leborgne, considera que ahora hay que unir fuerzas "agrupándose en torno a oasis". La imagen es elocuente: pequeños "oasis" en medio de un páramo árido. Tal es el estado de la Iglesia en Francia, con un 2% de practicantes: un desierto espiritual, doctrinal, moral, litúrgico... y algunos islotes dispersos aquí y allá.
Nos consolamos con palabras grandilocuentes destinadas a ocultar males muy reales, ¡es cierto que el desierto es un lugar donde es fácil confundir los espejismos con milagros! Las iglesias están vacías, hay que venderlas, pero se habla de un "soplo nuevo".
Los seminarios cierran, la edad media del clero es de 75 años, y por cada sacerdote ordenado hay al menos diez fallecidos, pero se felicitan por un "nuevo Pentecostés". Los obispos gestionan la quiebra, liquidan el patrimonio —no solo inmobiliario—, pero se regocijan por la "renovación" aportada por las reformas del Vaticano II, decretadas "irreversibles".
Todo está permitido, excepto la experiencia de la Tradición. Todo está autorizado, excepto la celebración de la misa tridentina. Se agita el fantasma de un "retroceso" que sería —como bien saben los ideólogos mitrados— un retorno a la realidad, es decir, una desautorización del sueño conciliar, convertido hoy en una verdadera pesadilla estadística y económica.
Así que se prefiere malvender las iglesias y, con ellas, el tesoro espiritual de la Iglesia.

Padre Alain Lorans

Visto en: https://fsspx.news/es

viernes, 9 de mayo de 2025

ENSEÑANZA DE LOS DOCE APÓSTOLES («Didaché» o «Didajé» o «Didakhé»)



La Didaché o Enseñanza de los Doce Apóstoles es uno de los escritos más venerables que nos ha legado la antigüedad cristiana. Baste decir que su composición se data en torno al año 70; casi contemporáneamente, por tanto, a algunos libros del Nuevo Testamento.
Aletea en su contenido la vida de la primitiva cristiandad. A través de formulaciones claras, asequibles tanto a mentes cultas como a inteligencias menos ilustradas, se enumeran normas morales, litúrgicas y disciplinares que han de guiar la conducta, la oración, la vida de los cristianos. Se trata de un documento catequético, breve, destinado probablemente a dar la primera instrucción a los neófitos o a los catecúmenos.
Se desconoce el autor y el lugar de composición de la Didaché. Algunos estudiosos hablan más bien de un compilador, que habría puesto por escrito algunas enseñanzas de la predicación apostólica. Se sitúa su redacción en suelo sirio o tal vez egipcio.
En este libro se distinguen cuatro partes. La primera, de contenido catequético-moral, está basada en la enseñanza de los dos caminos que se le presentan al hombre: el que conduce a la vida y el que lleva a la muerte eterna. La segunda parte, de carácter litúrgico, trata del modo de administrar el Bautismo—puerta de los demás sacramentos—, del ayuno y la oración—muy practicados por los primeros cristianos—y de la celebración de la Eucaristía. La tercera parte trata de la disciplina de la comunidad cristiana y de algunas funciones eclesiásticas. Se explica también, sintéticamente, el modo de celebrar el día del Señor (nuestro actual domingo), y se alude—entre otras—a dos costumbres que manifiestan la finura de caridad que practicaban nuestros primeros hermanos en la fe: la hospitalidad—con advertencias ante los abusos de quienes buscaban vivir a costa de los demás—y la corrección fraterna. La última sección comienza parafraseando la exhortación de Jesús a vivir vigilantes, a prepararse para la hora en la que el Señor viene. Esta parte acaba con una síntesis de las principales enseñanzas escatológicas pronunciadas por el Maestro.
LOARTE