martes, 24 de septiembre de 2019

EL LENGUAJE INCLUSIVO Y OTRAS DELICIAS DEL FRACASO TOTALIRARIO...: Ganar la batalla cultural a través del discurso les abre las puertas del dominio político a los 'constructores sociales'. Ante nuestras narices han emprendido una guerra de palabras.



Tomado de: http://www.laprensa.com.ar
En la Rusia de finales de los años 30, el régimen comunista (en su eterno afán de arrasar y luego refundar la sociedad a su imagen y semejanza) puso los ojos en el calendario. La excusa era organizar la semana de forma que pudiera mejorar la productividad del país. Fue entonces que Yuri Larin propuso la semana de trabajo continua durante la celebración del Quinto Congreso de los Trabajadores, Soldados y Campesinos Soviéticos. El buen Larin consiguió acceso a la oreja de Stalin e inmediatamente la prensa comenzó a poner en agenda y ensalzar la idea.
Una vez que Stalin se pronunció a favor de la semana continua no pararon de lloverle partidarios. En pocas semanas el Consejo de Ministros declaraba esencial que se prepare la transición al nuevo sistema en empresas e instituciones. Luego de un prolongado desfile de burócratas para ver quién presentaba la idea más patética, se decreta una semana de 6 días. Los días de la semana pierden su nombre y se les asigna un color o un número romano. A cada trabajador se le asigna un color o número. El nuevo calendario también racionalizó la duración de los meses, que pasaron a ser todos de 30 días o sea tenían 6 semanas de 5 días. Los 5 días que sobraban se consideraba que no pertenecían a ningún mes y se situaban intercalados entre ellos. Una pinturita.
Al objetivo incrementar la productividad y permitir que las fábricas permanecieran funcionando todos los días del año, se sumaba el intento de que el nuevo calendario, carente de connotaciones religiosas, borrara de la sociedad la tradición de festejos. Por otro lado, la adopción de una semana de laboral de 5 días, en la que el día de descanso no tenía por qué coincidir con el domingo, hacía más difícil asistir a los oficios religiosos o de cualquier otra festividad que tradicionalmente se celebrara el domingo. El hecho de que el día de descanso no fuera el mismo para todos hizo que la vida familiar se empiojara bastante y lo mismo pasaba con la vida social, ya que era muy difícil mantener el contacto con las amistades de otro color. El intento de deconstruir la estructura familiar y social era evidente y notará el lector que nada nuevo hay bajo del sol aunque nos vendan ideas viejas como la vanguardia del pensamiento.
Pero la productividad no se incrementó, y para colmo, con el nuevo ritmo de trabajo, la maquinaría se estropeaba más rápido al no haber paradas semanales para el mantenimiento. La impopular inutilidad de la semana continua llevó a Stalin a condenar la idea y en junio 1940, se elimina el único vestigio de la reforma que aún quedaba en el calendario. Se abandonó la semana de 6 días y volvió la de 7 días, con el domingo como día de descanso.

INGENIERIA SOCIAL
Este es sólo un ejemplo de la amplia biblioteca de fracasos que los totalitarismos generan cuando la emprenden con el diseño de sociedades según su ideología. Sin embargo resulta una constante el pensamiento totalitario el barrer las condiciones antropológicas que están en la base de las necesidades fundamentales del ser humano: raíces, identidad, lengua, tradiciones en las que poder anclarse y reconocerse, en suma, de inscribirse en un conjunto cultural con conciencia de sus ancestros. De ahí la reincidencia en considerar al pasado como culpable de todo.
Una versión novedosa de este pensamiento surge con lo que se da en llamar lenguaje inclusivo que sostiene la idea de que somos una porquería aunque no nos demos cuenta, y que por lo tanto hay que destruir y cambiar la forma en la que hablamos. Para dejar de ser esta bolsa de horrores debemos deconstruirnos y no seguir siendo seres atrasados. Al cambiar la forma en la que hablamos mágicamente se terminará con los males del planeta.
La idea de que se puede introducir a las piñas un nuevo lenguaje diseñado por algún iluminado se parece mucho al pensamiento infantil según el cual si se es una persona positiva alejada de ideas negativas, se producirá una conexión nigromántica con el universo que logrará que se realice aquello que se desea; de la misma infantil manera los ideólogos de “lenguaje inclusivo” consideran que a través de esta imposición terminaremos por comprar sus formas de pensar y ver el mundo. 
Ganar la batalla cultural a través del discurso les abre las puertas del dominio político y ante nuestras narices han emprendido una guerra de palabras. Este intento retorcido de fijar con la fuerza de la voluntad ideológica el pensamiento de una sociedad será un eslabón más en la cadena de estupideces dictatoriales pero hasta que fracase habremos retrocedido. Vamos a los ejemplos:
La excusa del lenguaje inclusivo es que busca no discriminar a ninguno de los sexos. Para esto utiliza expresiones cercanas a la comedia burlesca como las impronunciables niñ@s, niñxs, alumnes amigues. Se sustituye la “o” del masculino neutro por alguna cosa que pretende abarcar a todas las sexualidades diversas dado que parece que la letra “o” es sumamente dañina y traumática para los individuos.
En esta línea cuando quiere referirse a ambos sexos los expresa con: todos y todas, alumnos y alumnas, ciudadanos y ciudadanas y así hasta el sopor final. Este tipo de desdoblamiento artificioso es insoportable de leer y mortífero de escuchar pero es además innecesario desde el punto de vista lingüístico. Existe la posibilidad del uso genérico del masculino para designar a todos los individuos sin distinción de sexos. 

NEGOCIOS MILLONARIO
Tengamos en cuenta que el lenguaje inclusivo se ha convertido en un negocio millonario que mueve suculentos subsidios pagados con nuestros impuestos para observatorios, comisarías de género, cátedras, cursos y protocolos que son en la actualidad de carácter obligatorio. Con la excusa de la lucha contra la letra “o” se ha inventado un medio fabuloso para controlar y recortar libertades. Y para vivir de arriba, digamos todo.
La pugna por fijar el lenguaje inclusivo no es un hecho aislado ni una idea de locos sueltos. La ONU ha comenzado a imponerlo, el gobierno lo está utilizando, las fuerzas políticas lo toman como bandera y se ha instalado de forma institucional en la educación. El lenguaje inclusivo inserto en ese marco, ya no es una propuesta si no un conjunto de normas destinado a señalar a quienes no siguen sus instrucciones. El ansia dictatorial de los comisarios del lenguaje inclusivo ya no se molesta en discutir sus ideas, sino que descalifica a quien no lo acepta, impone anatemas y condena al infierno. Quienes no apuesten a hablar con la e, con la x o a repetir masculinos y femeninos hasta el hartazgo serán gente no abierta, no plural, no global o sea señalada como pichones de fascistas.
Este construccionismo social, la idea de que no hay vestigios de condición natural o biológica en la sociedad si no que todo es una construcción de los aparatos de dominación y que por tanto puede ser reemplazada por otra, tiene un lado oscuro. En principio porque nada nos garantiza que los nuevos constructores sociales no sean tan despóticos como los viejos. Pero en segundo lugar nos expone a la refutación de los logros científicos, tecnológicos y sociales más importantes. Si todo es una mera construcción, la ciencia médica, la declaración de los derechos universales o la patria potestad son sólo una construcción viciada, mañana algún iluminado como Stalin podría decidir “deconstruirla” según su buen entendimiento.
Camuflados tras la idea de la lucha contra un lenguaje al que acusan de males que imaginan terroríficos, los gerentes del lenguaje inclusivo se han hecho de pingües negocios desde los aparatos del poder político y para sostener sus privilegios actúan como modernos Torquemadas, persiguiendo a los que discrepan con su ideología hasta extremos que jamás imaginamos ni creímos posibles en plena democracia. 
El totalitarismo volverá a fracasar, ya tenemos sobradas pruebas de su ferviente inutilidad pero en el mientras tanto nos va sometiendo con estos embustes, sin prisa pero sin pausa mediante la técnica de no tolerar discrepancias so pena de considerarse víctima de la intolerancia que el mismo totalitarismo profesa. Está en nosotros que fracase por nuestro rechazo o que caiga por su propio peso, la diferencia es el tiempo...y el tener que escucharlos hablar.

domingo, 22 de septiembre de 2019

UN HEREJE Y APÓSTATA DE LA FE NO PUEDE SER NUNCA UN PAPA DE LA IGLESIA DE CRISTO


Un hereje es un bautizado que rechaza un dogma de la Iglesia Católica Romana. Un cismático es quien niega estar en comunión con el Papa verdadero o con los verdaderos católicos. Un apóstata es quien rechaza por completo la fe cristiana. Todos los herejes, cismáticos y apóstatas se separan automáticamente de la Iglesia Católica (Pío XII, encíclica Mistici corporis, 29 de junio de 1943). Por lo tanto, quien es hereje no es católico (Papa León XIII, encíclica Satis cognitum, 29 de junio de 1896). Y la mayoría de los herejes están convencidos que no niegan dogma alguno, cuando en realidad sí lo hacen.


Pablo IV, bula Cum ex Apostolatus Officio, 15 de febrero de 1559 (Bula Ex cathedra (infalible) que es imposible sea abrogada por el CIC (documento FALIBLE) como muchos pretenden, para justificar su adhesión a los últimos RECLAMANTES AL PONTIFICADO CATOLICO.): “6. Agregamos, [por esta Nuestra Constitución, que debe seguir siendo válida en perpetuidad, Nos promulgamos, determinamos, decretamos y definimos:] que si en algún tiempo aconteciese que un obispo, incluso en función de arzobispo, o de patriarca, o primado; o un cardenal, incluso en función de legado, o electo Pontífice Romano que antes de su promoción al cardenalato o asunción al Pontificado, se hubiese desviado de la fe católica, o hubiese caído en herejía:

(I) o lo hubiese suscitado o cometido, la promoción o la asunción, incluso si ésta hubiera ocurrido con el acuerdo unánime de todos los cardenales, es nula, inválida y sin ningún efecto;
(ll) y de ningún modo puede considerarse que tal asunción haya adquirido validez, por aceptación del cargo y por su consagración, o por la subsiguiente posesión o cuasi posesión de gobierno y administración, o por la misma entronización o adoración del Pontífice Romano, o por la obediencia que todos le hayan prestado, cualquiera sea el tiempo transcurrido después de los supuestos antedichos. 
(III) Tal asunción no será tenida por legítima en ninguna de sus partes… 
(IV) los que así hubiesen sido promovidos y hubiesen asumido sus funciones, por esa misma razón y sin necesidad de hacer ninguna declaración ulterior, están privados de toda dignidad, lugar, honor, título, autoridad, función y poder…
10. Por lo tanto, a hombre alguno sea lícito infringir esta página de Nuestra Aprobación, Innovación, Sanción, Estatuto, Derogación, Voluntades, Decretos, o por temeraria osadía, contradecirlos. Pero si alguien pretendiese intentarlo, sepa que habrá de incurrir en la indignación de Dios Omnipotente y en la de sus santos Apóstoles Pedro y Pablo.
Dado en Roma, junto a San Pedro, en el año de la Encarnación del Señor 1559, XV anterior a las calendas de Marzo, año 4º de nuestro Pontificado
+ Yo, Pablo, obispo de la Iglesia católica…”
San Roberto Belarmino: “Un papa que se manifieste hereje, por ese mismo hecho (per se) cesa de ser papa y cabeza, así como por lo mismo deja de ser un cristiano y miembro de la Iglesia. Por tanto, él puede ser juzgado y castigado por la Iglesia. Este es la enseñanza de todos los Padres antiguos, que enseñaban que los herejes manifiestos pierden inmediatamente toda jurisdicción”. (De Romano Pontifice, II, 30)
Enciclopedia Católica, “Papal Elections” [Las Elecciones Papales], 1914, Vol. 11, p. 456: “Desde luego, la elección de un hereje, de un cismático, o de una mujer [como Papa] será nula e inválida”.
Notas:
[1] The Papal Encyclicals [Las Enciclicas Papales], edición inglesa,, Vol. 1 (1740-1878), p. 256
[2] Decrees of the Ecumenical Councils [Los Decretos de los Concilios Ecumenicos], edición inglesa,, Sheed & Ward and Georgetown University Press, 1990, Vol. 1, p. 479
[3] Von Pastor, History of the Popes[Historia de los Papas], edición inglesa, II, 346; citado por Warren H. Carroll, A History of Christendom[Una Historia de la Cristiandad], Vol. 3 (The Glory of Christendom[La Gloria de la Cristiandad]), edición inglesa, Front Royal, VA: Christendom Press, p. 571.

lunes, 9 de septiembre de 2019

EL GENERALÍSIMO DESPIDIENDO AL GENERAL



Esta foto, o mucho me equivoco, es también de Enrique Verdugo y la tomó cuando Francisco Franco, jefe del Estado español, acudió al aeropuerto de Barajas para despedir al general Juan Domingo Perón quien, tras un largo exilio en Madrid, se disponía a regresar a Buenos Aires para, al poco, asumir a su vez la jefatura del Estado argentino. Las miradas de ambos militares llaman la atención. ¿Qué están pensando cada uno de ellos? Perón, y su esposa con él, en las horas más amargas del cerco internacional, habían demostrado ser grandes amigos de España. Por eso hoy todavía una gran avenida madrileña lleva el nombre del general y un parque el de Evita. Quienes, como yo, pertenecemos a la primera generación de españoles en la que la tuberculosis apenas hizo mella gracias a la carne y a la harina argentinas nunca lo olvidaremos.

lunes, 2 de septiembre de 2019

DIEZ AÑOS DE LA PARTIDA DEL CORONEL MOHAMED ALÍ SEINELDIN (2 DE SEPTIEMBRE DE 2009).



Se cumplen diez años desde que Dios le dio el merecido descanso al CORONEL MOHAMED ALÍ SEINELDIN. Nacido en Entre Ríos en 1933, fue el último gran militar que tuvo la Argentina e Iberoamérica.
Participó en la guerra contra el terrorismo, en la gesta de Malvinas donde el RI 25 fue una cantera de héroes, fue padre de las Fuerzas Especiales de las FFAA, FFSS y FFPP de la Argentina. Sus hombres dieron testimonio de lo que fue este jefe único.
Fue un católico cabal donde la palabra y los hechos eran una sola cosa, donde nunca faltaba la Caridad tan lejana a los dogmatismos. Como líder condujo con el ejemplo, siempre fiel a su lema: “En las situaciones de peligro el jefe al frente y el subalterno atrás, en las de bienestar el subalterno al frente y el jefe atrás”. 
Participó en el último intento de evitar la gran tragedia que vive la Patria en estos días en la que campean la usura, la corrupción, la contranatura, el ataque a las instituciones fundacionales y la entrega de la soberanía en todas sus formas. Pagó su coherencia con trece años de cárcel. Liberado, vivió de su trabajo, hizo de la solidaridad un estilo de vida y entonces Santiago del Estero, el Chaco y su propio barrio fueron testigos de cómo este hombre excepcional volvía a poner el cuero y el hombro para mitigar el sufrimiento de sus hermanos que él había tratado de evitar.
Un 2 de septiembre, ya hace diez años, Dios consideró que su misión estaba cumplida y dejó este mundo. 
“Milo”, “Turco”, “El amigo”, “Mi Coronel”, nos queda a nosotros el relevo, tomar nuestra bandera y volver a convertir a nuestra Patria en una tierra libre y soberana, antes que los enemigos del nuevo orden mundial terminen de destruirla.
ARGENTINA RESURGIRÁ.