lunes, 26 de agosto de 2024

ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA LA VIRGEN MARÍA POR LA PAZ COMPUESTA POR EL PAPA PÍO XII



Reina del Santísimo Rosario, auxilio de los cristianos, refugio del género humano, vencedora en todas las batallas de Dios, nos postramos suplicantes ante vuestro Trono, seguros de alcanzar misericordia y de recibir gracias y el oportuno auxilio en las presentes calamidades, no por nuestros méritos, de los cuales no presumimos, sino únicamente por la inmensa bondad de vuestro maternal Corazón. A Vos, a vuestro Corazón Inmaculado, en esta hora grave de la historia humana, nos confiamos a nos consagramos, no sólo son toda la Santa Iglesia, Cuerpo Místico de vuestro Jesús, que padece en tantas partes y de tantas maneras es atribulada y perseguida, sino también con todo el mundo desgarrado por las discordias, agitado por el odio, víctima de la propia iniquidad. ¡Qué os conmuevan tantas ruinas materiales y morales, tantos dolores, tantas angustias, tantas almas torturadas, tantas en peligros de perderse eternamente! Vos, ¡oh Madre de Misericordia!, alcanzadnos de Dios la reconciliación cristiana de los pueblos y obtened para nosotros aquellas gracias que, en un instante, pueden convertir los corazones humanos, aquellas gracias que preparan y aseguran esta suspirada pacificación.
¡Reina de la Paz, rogad por nosotros!, y dad al mundo la paz en la verdad, en la justicia, en la caridad de Cristo. Dadle, sobre todo, la paz de las almas, para que, en la tranquilidad del orden, se dilate el reino de Dios. Conceded vuestra protección a los infieles y a cuantos yacen en las sombras de la muerte; haced que surja para ellos el Sol de la verdad y que puedan, juntamente con nosotros, repetir: “¡Gloria a Dios, en lo alto de los cielos y paz, en la tierra, a los hombres de buena voluntad!” A los pueblos separados por el error, particularmente a los que os profesan singular devoción, dadles la paz y conducidlos de nuevo al único redil de Cristo, bajo el único y verdadero Pastor. Alcanzad libertad completa a la Iglesia Santa de Dios; defendedla contra sus enemigos; detened el diluvio invasor de la inmoralidad; suscitad en los fieles el amor a la pureza, la práctica de la vida cristiana y el celo apostólico, para que el pueblo de los que sirven a Dios aumente en méritos y en número.
Finalmente, así como al Corazón de vuestro Jesús fueron consagrados la Iglesia y todo el género humano, para que, poniendo en Él toda la esperanza, fuese para ellos fuente inagotable de victoria y de salvación, asimismo nosotros nos consagramos también a Vos, a vuestro Corazón Inmaculado, ¡oh Madre nuestra del Rosario y Reina del mundo!, a fin de que vuestro amor y vuestro patrocinio apresuren el triunfo del reinado de Dios, y todas las gentes, pacificadas con Dios y entre sí, os proclamen bienaventurada, y entonces, con Vos, entonen de un extremo a otro de la tierra, el eterno “Magnificat” de gloria, de amor, de reconocimiento al Corazón de Jesús, el único en el cual pueden encontrar la verdad, la vida y la paz.
Amén

viernes, 16 de agosto de 2024

LO QUE EL CLERO APÁTRIDA LIBERAL Y FILOMARXISTA DE ARGENTINA NO QUIERE QUE SEPAS ... EL DOGMA DE LA ASUNCIÓN DE MARÍA Y LA.CARTA DEL PRESIDENTE JUAN PERÓN AL PAPA PÍO XII.

 


Juan D. Perón fue el ÚNICO presidente del mundo que solicitó y adhirió al establecimiento del dogma de la Asunción.
“Beatísimo Padre, mi gobierno adhirió por decreto del 16 de septiembre de 1948 al temario del Congreso Asuncionista Franciscano de América Latina, celebrado en Buenos Aires entre los días 28 de septiembre y 4 de octubre. Fundamentaron esta adhesión la catolicidad de la Nación Argentina, la inspiración evangélica de mis actos de gobierno, ordenados a promover la justicia social conforme a los principios de solidaridad cristiana y humana, de acuerdo con las enseñanzas de los sumo pontífices, y mi decidida resolución de consolidar y defender la paz interna y la convivencia internacional. También le dieron fundamento la devoción acendrada del pueblo argentino a la Virgen Santísima, y el precedente de que, el 17 de septiembre de 1946, por intermedio de la embajada de la República ante la Santa Sede, el gobierno de la Nación hizo suya la petición del venerable episcopado argentino a Vuestra Santidad, elevada en 1903, en el sentido que defina como verdad de fe divina y católica la Asunción de la Madre de Dios, en cuerpo y alma a los cielos.
Finalizadas las memorables sesiones del Congreso Asuncionista Franciscano de América Latina, que presidió el reverendísimo padre general de la Orden de San Francisco, fray Pacífico María Perantoni, huésped dilecto de mi gobierno, y escuchadas por mí las conclusiones que fueron leídas en la sesión de clausura, a la que concurrí con los ministros de mi gabinete, he concebido el deseo ferviente de implorar a Vuestra Santidad, como lo hago en nombre propio, en el de mi gobierno y en representación de toda la Nación Argentina, que accedáis a cumplir los votos formulados por el Congreso Asuncionista. Así lo espera la avidez fervorosa de quienes asisten a la lucha contra el materialismo dialéctico, que ansía borrar todo vestigio de fe y de culto de los valores espirituales; que avasalla el baluarte de los justos y pretende sojuzgar los derechos humanos. Uno mi voz a las vibraciones del Congreso Asuncionista Franciscano de América latina, suplicándole que el Año Santo de 1950 sea declarado Año Mariano, dedicado a conmemorar el decimonono centenario de la Asunción de la Virgen, en cuerpo y alma, al solio de su realeza universal, y os imploro, para mi pueblo y para mi gobierno, vuestra paternal bendición”
Juan Perón Presidente de la Nación Argentina.
Recientemente el día 15 de agosto celebramos el dogma de la Asunción de la Virgen María a los cielos.
Un dogma es una verdad de fe absoluta, definitiva, infalible, irrevocable e incuestionable revelada por Dios a través de la Biblia o la Sagrada Tradición. Luego de ser proclamado no se puede derogar o negar, ni por el Papa ni por decisión conciliar. Para que una verdad se torne en dogma, es necesario que sea propuesta de manera directa por la Iglesia Católica a los fieles como parte de su fe y de su doctrina, a través de una definición solemne e infalible por el Supremo Magisterio de la Iglesia.
Fue el Papa Pío XII que, el 1 de noviembre de 1950, publica la Constitución Apostólica Munificentissimus Deus que proclama el dogma con estas palabras:
“Después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces y de invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios omnipotente, que otorgó a la Virgen María su peculiar benevolencia; para honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte; para aumentar la gloria de la misma augusta Madre y para gozo y alegría de toda la Iglesia, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra, pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado, que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, terminado el curso de su vida terrena fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial”.

sábado, 3 de agosto de 2024

SEÑOR DADNOS SACERDOTES SEGÚN TU CORAZÓN DE PADRE, PASTOR Y GUÍA

 


Madre Santísima intercede ante tu Divino Hijo por tus muy amados Obispos y Sacerdotes, alcánzales las gracias necesarias para vivir fieles a su vocación sagrada, siempre de frente a Dios y de espaldas al mundo, también te pedimos por las vocaciones sacerdotales y alcanzales la gracia de la perseverancia a los que están en el seminario.

Y como llegaron á tierra los barcos, dejándolo todo, le siguieron.
Lc V-11

Oración por los sacerdotes
¡Oh Jesús!
Te ruego por tus fieles y fervorosos sacerdotes,
por tus sacerdotes tibios e infieles,
por tus sacerdotes que trabajan cerca o en lejanas misiones,
por tus sacerdotes que sufren tentación,
por tus sacerdotes que sufren soledad y desolación,
por tus jóvenes sacerdotes,
por tus sacerdotes ancianos,
por tus sacerdotes enfermos,
por tus sacerdotes agonizantes
por los que padecen en el purgatorio.
Pero sobre todo, te encomiendo a los sacerdotes
que me son más queridos,
al sacerdote que me bautizó,
al que me absolvió de mis pecados,
a los sacerdotes a cuyas Misas he asistido
y que me dieron tu Cuerpo y Sangre en la Sagrada Comunión,
a los sacerdotes que me enseñaron e instruyeron,
me alentaron y aconsejaron,
a todos los sacerdotes a quienes me liga
una deuda de gratitud, especialmente a...
¡Oh Jesús, guárdalos a todos junto a tu Corazón
y concédeles abundantes bendiciones
en el tiempo y en la eternidad! Amén.
Jesús dadnos Sacerdotes santos, Jesús, dadnos sacerdotes santos, Jesús dadnos sacerdotes santos según tu Corazón.
Todas las