lunes, 13 de mayo de 2024

¿QUE ES LO QUE QUEREMOS PARA NUESTRA ARGENTINA? Por: Nito Sosa

 


¿Adonde vamos? ¿Cuál será el termino de todos los cambios actuales? No se trata tanto de guerras, de catástrofes atómicas o ecológicas, sino sobre todo de la revolución en el exterior y en el interior de la Iglesia, de la apostasía, en fin, que gana pueblos enteros, que en otros tiempos fueron Católicos, e incluso la Jerarquía de la Iglesia hasta su cima.
Roma parece sumergida en una ceguera completa, la Roma de Siempre está reducida al silencio, paralizada por la otra Roma, la Roma liberal que la ocupa. Las fuentes de la Gracia y de la fe divina se agotan y las venas de la Iglesia canalizan por todo su cuerpo el veneno mortal del naturalismo.
Vivimos en una sociedad sin Dios, muchos lo declaman, pero en la práctica lo tienen totalmente ausente, precisamente porque es simplemente algo sentimental y propio de un liberalismo-marxismo gramsciano nihilista, pero que en definitiva no es más lo que las máximas del mundo quiere, entonces podemos decir: ¡DE ESA MANERA NO EXISTE CONTRAREVOLUCIÓN ALGUNA! No es más que hacerle el juego a quienes proponen un Nuevo Orden Mundial y que es propio de la contraiglesia que es el camino al anticristo.

FESTIVIDAD DE NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA...: El Ave de Fátima: El trece de mayo

jueves, 9 de mayo de 2024

JUEVES DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR.



La Fiesta de la Ascensión es una de las más hermosas del año litúrgico, de una alegría dulce, suave y reposada, con dejos de santa tristeza que la hacen aún más simpática al corazón cristiano y contemplativo.Es la inauguración oficial del Cielo por Jesucristo.
Lo conquistó Él con su Muerte y Resurrección y nos lo brinda a todos como premio regalado de una vida santa, ajustada a su Divina Ley.
Ir, pues, al Cielo, debe constituir nuestra ambición y nuestro ideal.
Con la esperanza de ir a él y de gozar en él de goces inenarrables y eternos, debemos padecer con paciencia y hasta con amor las miserias de la tierra. ¡Arriba, pues, los corazones! ¡a vivir tan limpiamente, que merezcamos ver y amar a Dios para siempre y gozar con Él de la Eterna Bienaventuranza!
El Admirable Misterio de la Ascensión sus circunstancias, los testigos que la presenciaron, todo cuanto se refiere a la verdad de este artículo de nuestra Fe, lo hayamos expresamente consignado en Epístola de la Santa Misa.
El Salvador, a la vista de sus Apóstoles y por su propia Virtud, subió a los Cielos en cuerpo y alma, para tomar posesión de su Gloria y ser allí nuestro Mediador o Intercesor delante de su Padre celestial.
El cuerpo terreno de Jesús está sublimado a la más encumbrada Gloria de los Cielos y su naturaleza humana está envuelta por los resplandores eternos del Poder, de la Gloria y de la Majestad Divina.
El Evangelio testifica también la verdad de este Misterio, enseñándonos, además, la misión que Jesucristo expresamente confió a sus Apóstoles, y como éstos la cumplieron. Terminado el Evangelio, se apaga el cirio Pascual para dar a entender que Jesucristo resucitado no mora ya visiblemente en la tierra.
Por medio de las Oraciones pedimos al Señor, como fruto práctico de la Fiesta, que podamos habitar con el corazón en el Cielo, en donde está nuestro Verdadero Tesoro.
Para celebrar dignamente la Fiesta de la Ascensión, hemos de hacer tres cosas: 1º adorar a Jesucristo en el Cielo como Mediador y Abogado nuestro;
2º despegar enteramente nuestro corazón de este mundo como lugar de destierro, y aspirar únicamente al cielo, nuestra verdadera Patria;
3º determinarnos a imitar a Jesús en la humildad, en la mortificación y en los padecimientos para tener parte en su gloria.