Se le ha puesto a Francisco que debe haber ocho obras corporales de misericordia y ocho obras de misericordia espirituales en vez de las siete reconocidas. Esta «octava obra de misericordia», a la vez corporal y espiritual, según él, es el «cuidado de nuestra casa común», el medio ambiente en otras palabras. Así lo declara Francisco en su para la Jornada Mundial de Oración por el cuidado de la Creación, citándose a sí mismo como la única autoridad en el asunto (según es su costumbre)
18- Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; 19- porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. 20- Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. 21- Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. 22- Profesando ser sabios, se hicieron necios, 23- y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.
24- Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, 25- ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas (las cuales fueron creadas) antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. Romanos 1:18-25
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