miércoles, 9 de marzo de 2016

TÚ HAS VENIDO A LA ORILLA (Pescador de hombres) .... CARTA DE UN MIEMBRO DE LA SECTA CONCILIAR A SU "CURA" PÁRROCO




Nuestro Señor Jesucristo, jamás discriminó a los ricos ni a los sabios, como lo hace la secta conciliar con su famosa "opción por los pobres". Esto está muy bien explicado en esta carta. Ojalá N. S. Jesucristo ilumine a su autor, para que huya de esa falsa iglesia en la que se encuentra.



Buenos Aires, marzo 2 de 2016 
Señor Párroco de la Iglesia Nuestra Señora de Luján 
Pbro. Martín Bracht 
Presente

Ya hemos hablado personalmente acerca del tema, y Ud., sin ningún argumento, me dijo que la cantaba porque como no tenía buen oído, la podía entonar porque era “pegadiza”.
Como el último feligrés de la Parroquia me apenó que el día 26 de febrero Ud. entonara el canto de “Pescador de hombres”, seguido de una feligresía que no tiene idea de su perverso contenido, con lo cual lo considero con dolor un irresponsable o un mentiroso, propagandista de los errores que paso a denunciar.
En primer lugar, Reverendo, Cristo llama a todos los hombres, a los sabios y a los brutos, a los ricos y a los pobres; no efectúa esa discriminación injusta, propia de resentidos, que Ud. contribuye a difundir.
¿Qué significa la parábola de los talentos? Quien recibe cinco y devuelve otras tantos, o sea en primer lugar más inteligencia, más dones, es llamado “siervo bueno y fiel, en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te podré”. Lo mismo sucede con quien recibe dos y lo devuelve doblado. En cambio el que recibe la mitad de lo anterior, y lo entierra, al más bruto incapaz hasta de hacer un plazo fijo en un Banco y restituir lo recibido más sus intereses, el Señor lo llama “siervo inútil” y su destino son las “tinieblas de fuera” (Mateo, 25, 20, 21, 30).
Cristo busca a un gran sabio como Gamaliel, nieto del famoso Hillel, quien durante décadas enseña en Jerusalén y de quien son aquéllas palabras célebres recogidas por los Hechos de los Apóstoles: “desistid de meteros con esos hombres; pues si proviene de hombres esa empresa o esa obra, se disolverá, pero si proviene de Dios, no podréis disolverla” (5, 38/39).
Poco tiempo después ese sabio, hombre recto, maestro de San Pablo, buscado por Cristo, según algunos, abraza en forma secreta el cristianismo y muere nueve años después de Jesús.
Vamos ahora con los ricos. No negará, Reverendo, que Cristo busca al joven rico, pues el episodio se encuentra en los tres sinópticos: “Ven y sígueme” (Mateo 19, 16/22) “solo quieres que yo te siga” canta “Pescador de hombres” pero este joven no está incluido. Según Marcos: “Jesús, fijando en él la mirada, lo amó y le dijo… ven y sígueme” (10, 17/22). Lucas relata el final del asunto: el rechazo a la convocatoria: “se puso muy triste, porque era muy rico” (18, 18/23).
Continuemos con Mateo, o Leví, el de Alfeo, sentado en su despacho de cobrador de impuestos, a quien Jesús le dice: “Sígueme. Él se levantó y lo siguió” (Mateo, 9, 9; Marcos, 2/14). Lucas agrega algo interesante: “un publicano llamado Leví, le ofreció en su casa un gran banquete… y ante la pregunta de los hipócritas ¿por qué coméis con los publicanos y pecadores? Les responde Jesús: “No necesitan médicos los sanos, sino los que están mal. No he venido a llamar a conversión a justos, sino a pecadores” (5, 27, 29, 32).
Los publicanos eran muy ricos, además de cipayos, porque participaban en el cobro de los impuestos de los ocupantes, de los cuales se quedan con una parte y muchos de ellos incluso prepotentes y ladrones.
Pero, también Jesús lo busca a Zaqueo, “jefe de los publicanos y rico”, y nos dice, refutando por anticipado la letra del cantito imbécil: “Hoy ha llegado también la salvación a esta casa, porque también este es hijo de Abraham, pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido” (Lucas, 19, 1/10). Busca al más rico, porque no discrimina en orden a la salvación.
En el momento más triste, Jesús muerto, abandonado por casi todos los apóstoles, nos dice San Mateo: “Al atardecer vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que se había hecho discípulo de Jesús. Se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Entonces, Pilato dio orden de que se lo entregaran” (27, 57/58). Como se reza en un Via Crucis, “José de Arimatea era rico, pero las riquezas no poseían a José de Arimatea”.
Marcos agrega un juicio valorativo: José de Arimatea, miembro respetable del Sanedrín, que esperaba también el Reino de Dios, tuvo la valentía de entrar donde Pilato y pedirle el cuerpo de Jesús” (15, 42/43).
Juan agrega en su Evangelio: “fue también Nicodemo, aquél que anteriormente había ido a verlo de noche” (19, 39). Cabe agregar que éste también integra el Sanedrín en la Cámara de los Ancianos.
O sea son dos hombres ricos, con cierto poder y nombradía, que no solo responden a la búsqueda de Cristo, sino que no la abandonan ni siquiera muerto.
Ahora consideremos un error gravísimo en el cantito que Ud. promueve: “Tú, necesitas mis manos”; Dios no necesita mis manos, mis brazos, ni mi inteligencia. Le contesto con un texto de San Ireneo, que se encuentra en la Liturgia de las Horas, que Ud. leerá y meditará todos los días, correspondiente al sábado después de Ceniza: “Si nos mandó servirlo no es porque necesite de nuestros servicios, sino para que nosotros alcancemos así la salvación… Dios no necesita de nadie, el hombre en cambio, necesita de la comunión con Dios” (Contra las herejías).
Finalmente, “en mi barca no hay oro ni espadas”; Ud. sabe que a veces la espada abre el camino a la Cruz. Esto huele a indigenismo resentido. Le contesto con Pío XII, respecto al descubrimiento y colonización de nuestra América: “Era la hora de Dios, cuando en la cofa más alta de la nave campeaba siempre una cruz, y cuando junto al descubridor no faltaba nunca el misionero” (17/11/1955).
Por todo esto le pido que no se haga el otario, que me conteste si tiene algún argumento, y si no lo tiene que retire el cantito n° 100, del Cancionero de la Parroquia.
Si en un plazo razonable no tengo respuesta haré de esta una carta pública y se la enviaré a muchos. En ese “año de la misericordia”, más en plena Cuaresma, una de sus obras es enseñar al que no sabe.

Reciba mis cordiales saludos
Bernardino Montejano

6 comentarios:

  1. SI NO LA HABRÉ CANTADO PENSANDO QUE ERA UNA MELODÍA TRANQUI Y QUE ME TRANSPORTABA JAJAJ, ME TRANSPORTABA A LA PELOTUDEZ SEGURAMENTE QUE TENÍA ENCIMA CUANDO IBA AL NOVUS ORDO JAJAJA

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    1. cincuenta años escuchando pelotudeces vedosianas no podíamos quedar de otra manera que unos reverendos pel o tu dos jajaj
      la nube de gas posconciliar

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    2. Dios todavía obra en la posconciliar, Hernán no dejes los sacramentos!

      https://youtu.be/oqKAfXebGOg
      Augustinus, cuya identidad mantendremos oculta por seguridad, nos cuenta cómo llegó a conocer a Dios. Nació en una familia musulmana, pero la fe no era una prioridad en casa. A raíz de una enfermedad que tuvo en la adolescencia, reflexionó sobre la cercanía de la muerte, y esto le hizo empezar a buscar la verdad. Al no encontrar una respuesta satisfactoria, dejó su búsqueda y siguió su vida de forma normal desde el ateísmo.
      A través de sueños, el Señor fue guiándolo hacia la verdad.

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  2. Yo estoy a las put ea das cuando la cantan jajaja

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  3. Incluso hay un salmo que dice Hijas de Reyes irán a su encuentro, lo que ocurrió con cierta frecuencia, pues muchas mujeres nobles siguieron a Cristo en distintos momentos de la historia, pero los troskos modernistas del novus desordoe ni se percataron de que eso está en la Biblia!

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  4. El cantito cien y varios más deberían retirar, son todos troskos...ajja

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